viernes, noviembre 03, 2006

Malos presagios

Justo antes de salir de la peluquería se dio cuenta del terrible dolor de cabeza que le había causado cortarse el pelo en pico. Lo consideró un mal presagio.

Justo antes de que acabara la manifestación, se dio cuenta de cuánto le dolían los huesos y de lo prominentes que resultaban las ojeras. Lo consideró un mal presagio.

Justo antes de salir de casa, se dio cuenta de que su camisa (negra) no olía a él. Lo consideró un mal presagio.

Justo antes de salir del hostal se le rompió la cremallera de la falda granate de pana. Lo consideró un mal presagio.

Ambos se avisaron de los inconvenientes, de los infortunios, de los malos presagios. A ambos se les ocurrió cancelar el encuentro. Se les pasó por la cabeza la situación de torpeza y de adormecimiento, de silencio y parálisis.
Ambos consumieron el día y la noche esperando una llamada del otro para anular la cita.

----------

N. del A. Gracias a Aizun y Patri por ayudarme a concluirlo una semana después de haberlo iniciado.

3 comentarios:

De trapillo dijo...

Hay que tener mala saña para acabar en la vía láctea contando presagios.

Psdt: nada que no se solucione con una buena tortilla de patatas (con cebolla y pimiento).

aizun dijo...

Qué honor, formo parte de una 'N del A'

Anónimo dijo...

Acabo de rallarme pensando que quizá en este post hablaba de mi.
Luego he pensado que no podía ser. O quizá si.
Ese día me corté el pelo, pero mis camisas siempre huelen a mi.