sábado, julio 09, 2011

Casa Bailly

Casa Bailly, monstruosa y señorial
Hotel Bailly, grafiteado y colonial.

Miro desde la Nacional IV tu dualidad. A tu lado creció una gemela. Convivisteis dignamente hasta que os abandonasteis.

Casa hotel Bailly, doble y abismal.


Ahora la naturaleza crece dentro de ti. De tu tejado sale un árbol, de donde antes salía humo. De donde antes colgaban lámparas de araña, arañas habitan tus deshumanizadas estancias.

Casa Bailly, destruída y sobrenatural.

Te alzas sin esfuerzo sobre una colina artificial llena de maleza y deshechos, colchones y sillones tan vetustos como tú. Y te impones, sin inmutarte, sobre los puentes, las rotondas y las carreteras de la nacional.

Hotel Bailly, distante y colosal.

Dos gemelas de largo pelo blanco trenzado y falda negra hasta los pies
Llegaron y habitaron cada una de tus veintiocho alcobas. Levitaban sobre el suelo agrietado, trepaban, desesperadas, tus desconchadas paredes. Empezaron vuestra autodestrucción. Bebían, se drogaban, dormían a dos pies del suelo, al lado de ventanas sin cristales. Prendieron fuego a su alrededor.

Villa Bailly, destruída y dual.

Un rayo cayó en el árbol que anidabas. Un rayo os partió en dos. Desde entonces, hace casi diez años, os miráis de reojo, sin hablaros, no sabéis nada una de la otra, no sabéis, ninguna de las dos.


Casa hotel Bailly, fulminada y fantasmal.