jueves, julio 05, 2007

Hipotética noche

Ayer fui al lugar donde hipotéticamente nos conocimos hace un año. Recree la misma noche: cené en la playa de Sant Pol con unos amigas, los trozos de coca tenían granitos de arena, nos deslumbraban los fuegos artificiales, tenía la regla y cada petardo estallaba en mis riñones y en mi vientre, coincidimos gracias a unos amigos del hermano de Mireia mientras la orquesta cantaba algo así como Satisfaction, enseguida congeniamos y nos dimos la dirección de e-mail, no dormimos en toda la noche, llegué a mi casa a las dos del mediodía sin dormir, te acababa de conocer: no podría ser de otro modo. Meses después, quizás en noviembre, aterrizaste en mi casa y mi madre te miró como a algo extraño. Mi madre no te entendió, pero le contamos lo que ocurrió esa noche y se lo creyó.

Pero sólo fue algo hipotético.

Yo aquella noche en realidad estaba en el Llac de Banyoles. La coca tenía otros granitos. Bailaba la Cenicienta de Prokófiev en la hierba, en una total oscuridad penosamente alumbrada por la luz del móvil que no paraba de sonar, era Caro, pero hablaba Iván, los dos teníais la misma voz y me era casi imposible distinguiros. Me paseaba por todo el camping a paso ligero, unos cascos encima de unas motos me dieron miedo, imaginaba el cuerpo intermedio: del casco al asiento. Le dije a David que viniera, que aquello parecía un hombre y que me daba miedo. Él lo corroboró. Poco después mientras intentaba imitar a un camaleón, cayó al suelo, se volvió de color morado y empezó a echar espuma por la boca. Salí corriendo, ya sabéis, las piedras del camping se me clavaban en las suelas planas de mis zapatos de bailarina mientras iba pensando la elegía que recitaría en su funeral. Al final no pasó nada, se recuperó en unos días y ayer me envió un sms diciendo: hoy cumplo un año. No dormí en toda la noche, intenté despejarme en la piscina, pero todo tenía mal sabor y se repetía dentro de mí una y otra vez, como en una pesadilla de una siesta de tres horas. Conduje en línea recta hasta mi casa. Llegué a las dos. Mi madre me preguntó que si había dormido y le dije que no, que había estado en la playa de Sant Pol, que toda la noche la orquesta sonando, que tú, que los cohetes, que la arena, etcétera.

25 junio 2007.