sábado, enero 21, 2006

En las pesadillas también pierdes 21 gramos

Quería enviarte un mensaje, pero el móvil tenía lepra, se le caían las teclas, la batería, la luz de la pantalla apenas parpadeaba… Quería decirte que estaba teniendo esta misma pesadilla después de ver 21 gramos, que me había revuelto entera, que me dolía el estomago, que vinieras conmigo porque esto sola no se me podía pasar…

Fotografiaba el suelo, lleno de botones, y de flores de plástico, de madejas de lana y de ropa, mucha ropa, montones de ropa, lo fotografiaba porque creía que parecía una composición kandinskiana y me moría por enseñártela para que analizaras ese revoltijo… torbellino interior, mientras oía que mi madre hablaba con una prima del pueblo que había venido de visita, mientras yo odiaba esas visitas, fotografiaba.

Una calle de San Andreu, mi hermano, mi móvil con lepra, Mario no me funciona el móvil, ¿Por qué vamos por esta calle estrecha? Porque en esta dirección hay un parque, ¿para qué quieres un parque? Para que me cure el móvil.

Postales, posters, en blanco y negro con fondo beige, algunas cosas en rojo, una madre que se agacha, le da algo al hijo… un jardín, árboles con espinas que matan al padre, panorámica descendente más travelling horizontal.

Quiero decirte que estoy teniendo una pesadilla porque he visto 21 gramos, pero el móvil no me deja, mis manos se deshacen y voy hacia un parque, pero tengo el coche aparcado en una cuesta imposible.

Me despierto.

Sudo.

Me desnudo.

Te veo durmiendo. No tengo más pesadillas.

sábado, enero 14, 2006

Pollo con lágrimas sur le pont

No, hoy no eran espaguetis recalentados con salsa de nísperos. Era pollo con lágrimas. No hay fiesta en la cocina, será que no has vuelto, pero te oigo hablar, y te respondo, y me oyes, y me respondes, y aunque no estés aquí, siento que la conversación es fluida.
Será que no me apetece comunicarme con mis mejores amigos, ni con extraños, ni con vecinos, ni con la ropa mal tendida, ni con los platos sin lavar, ni con los zapatos de terciopelo llenos de gasolina, ni con el móvil sin sonar, ni con muslos de pollo a la salsa lacrimógena. Y de postre: mandarina seca.
Hoy me he levantado más radical que nunca, dicen. Pero es que hoy es la fundación del asco, para sorpresa de pocos y desidia de muchos.
Será que hoy no estás y te echo de menos, aunque sé que no es la solución.
Aunque sólo sea ese día.
Estaré esperándote sur le pont, con una boina negra. ¿Saltamos los dos?

sábado, enero 07, 2006

El vacío que ha dejado el ya inexistente níspero de Jose maría





































Pues ese es el vacío que ha dejado después de que lo arrancaran. Todos están muy contentos, dará claridad al pasillo, ya no habrán más avispas, ya no ensuciará más con sus hojas ni atraerá a los putos pájaros.

Pero yo me quedo sin los nísperos de Josemaría

Aunque eso no importe a nadie

Todos están tan contentos

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