miércoles, marzo 16, 2005

Pendientes


Los que idearon las torturas chinas tendrían que venir y tomar apuntes de esto, yo, una vez más, sopayaseando delante del enemigo.

En el reflejo de la ventana veo seis círculos, cuatro blancos y dos negros, colgando de mis orejas, son mis pendientes nuevos.

Me abraza
No lo quiero [porque no es de verdad]
Se enfada
Lo quiero
Quiero que me abrace [de verdad]
No me abraza

Esto es una batalla, sin duda. Yo estoy luchando contra ti, eres mi enemigo y tú ni siquiera lo sabes. En una batalla no siempre hacen falta dos, con que uno quiera batallar, ya la hay, porque estas batallando contra la indiferencia de tu contrincante, la mejor enemiga, la que mientras más puñetazos le das, más te duele.

Pastillas para no llorar llevo como pendientes. Cierro la ventana, me he cansado de verme. De mientras, sigo esperando un día de color naranja, en el que me dé igual si tu rojo no vuelve, si se convierte en negro, si se vuelve transparente.
Posted by Hello

martes, marzo 15, 2005

Plusmarqueando en lágrima fácil

(escrito el lunes 28 de febrero de 2005)

Estoy dispuesta a sopayasear un poco más sólo por ti. Sólo para decirte que ayer, domingo tarde, te echaba de menos. Para decirte que batí todos mis récord en lágrima fácil. Lo tenía por haber llorado viendo Cásper, ayer, la plusmarquista sin igual, Laura G., lloró viendo una película de Charles Chaplin, Charlot, Luces de Ciudad, cuando el propósito de aquel “pobre” hombre era el de hacerme reír con sus sopayaserías, pues bien, gané yo.
Me entristecí al pensar lo mucho que me que hubiera gustado coger mi coche, aún en el concesionario, dirigirme hacia el Prat, llamar a tu timbre, verte asomado detrás del estor para ver quién coño te ha despertado de la siesta, que me abrieras con cara de dormido y te fueras sin decir nada directamente, de nuevo, al sofá. Al pensar que yo hubiera puesto Luces de Ciudad en el DVD mientras tú hubieras seguido durmiendo, hasta que a las 18.45 la hubiera detenido para poner el teletexto, despertarte, y ver si han ganado, perdido o empatado estos dichosos equipos y ver si nuestro Espanyol, está en Champions, en UEFA o en tu casa, con nosotros.
Y oler por quinta vez los perfumes que vaguean por tu casa, y ver por enésima vez el póster de los Beatles que contiene cien imágenes de cuarteto, y trapichear por vigésima vez los potingues de tu cuarto de baño y preguntarme por trigésima vez si tienes tantas partes del cuerpo para aplicártelos todos, y preocuparme a la vez porque yo no me pongo ni uno. Y curiosear, por octogésima vez, las chapitas que amontonas todas juntas y poder observar que Amélie sigue a la cabeza de ellas.
Y beber de tu vaso inclinado, y robarte en pleno sueño los cojines estampados, y que te enfades, y que te estampe uno en la cara, y que te hagas el dolido, y que te cure con curitasana dándote un millar de besitos de niña arrepentida.
Me vuelvo a tirar alfileres con un tirachinas, ya ves.