lunes, diciembre 27, 2004

Desde un avión que volaba de Barcelona a Londres...y el regreso

¡¡Increible!! Encontré la libreta donde escribí mis impresiones del viaje a Londres (del 10 al 15 de marzo de 2004) en un bolso que hacía muchísimo tiempo que no abría. Leí algo interesantillo, no demasiado, esto:

Avión de British Airways de Barcelona a Londres:

" Y no entiendo como un mar en un cielo cabe. Dos mundos paralelos que en la altitud se confunden, nubes de espuma que chocan contra el lejano iceberg blando.
Te hundes en el aire, caminos de algodón, senderos sin suelo
Caer
Caer
Caer
en el algodón, en la espuma, en el cielo, en el mar.
Horizonte desconocido, distinto, difuso, indeterminado.
Un agujero me deja entrever las profundidades marinas (en realidad terrestres) y entre emedio... entre medio he descubierto la nada (un vacío). "

Miércoles 10 marzo: avión + paseo por Oxford Street
Jueves 11 marzo (atentado en Madrid. London bomb alert) : St.Paul Catedral + Tower Bridge + Tower of London + Coven Garden + museo de cera (madame Toussaud).
Viernes 12 marzo (London bomb alert): Cambio guardia en Bukinham palace + Royal Park + Big Ben + Westminster abbey + National Gallery + salsa!
Sábado 13 marzo : Portobello + nothing hill + Hyde Park + Harrods + Soho
Domingo 14 marzo: Camden + Tate Gallery + salsa!
Lunes 15 marzo: British museum + avión

Avión British airways de Londres a Barcelona:

“Monumentos, calles, casas, bloques de pisos, hasta rascacielos que la altitud modera: pasan a ser sólo un punto más de luz y se confunden los unos con los otros.
Cruces de vías con pequeñas luces…
-cinturones-“

sábado, diciembre 11, 2004

sueños (siesta 11- XII-04)

Abro un nuevo apartado, narraré mis sueños (una selección de ellos, algunos son innarrables...), de hecho, voy anotándolos desde hace un tiempo en una libreta. Cuestan mucho de explicar, como todos los sueños, intentaré darles coherencia y forma....

Siesta: 11 de diciembre 2004

Venía del Prat, ¡tan triste! (ahora reflexiono y no entiendo por qué casi siempre el regreso desde el Prat a mi casa, es triste, por algo bueno (el deseo de quedarme), por algo malo (un vacío, algo que no ha funcionado, un acto en vano). Me costaba mucho llegar hasta la estación de tren, iba corriendo mientras medio lloraba, miraba los horarios y no reconocía ningún recorrido, ninguna destinación.
─Perdone, ¿Cuál es el tren que va dirección Sant Andreu?
Nadie me respondía, ese tren no existía, (de hecho, no existe, ningún tren va directo desde el Prat hasta Sant Andreu, Sant Andreu Arenal, claro, a Comtal sí) qué angustia, no sabía dónde subirme para regresar a mi casa.
Me salía de la estación de tren, me perseguían unos drogadictos, era un puente, me recordaba a Can Tunis. Volvía a las vías apresurada, dos trenes se acercaban y veía al lado de las vías a dos niños pequeños, que apenas podían andar. Rápidamente fui hacia uno de ellos y le cogí en brazos, corrí para cruzar las vías y se lo daba a su padre que estaba a un lado, le decía:

─¿Pero usted qué? ¿Viene el tren y no coge a su hijo? (o hija, no recuerdo el sexo, pero era precioso, al cogerlo me acordé de mi futuro sobrino, a él también le salvare de las vías siempre que pueda). Me quitaba al niñ@ de las manos… lo metía en un coche antiguo, verde rancio.
De repente veía los ferrocarriles catalanes (sí, señores, he llevado los ferrocarriles catalanes hasta el Prat, lo que no hace la Generalitat, o la Tmb o no sé, lo hacen mis sueños). Entraba, era una nueva línea, le preguntaba a una señora:
─Este ferrocarril, (era un metro, al modo del tub de Londres) ¿va hasta Urquinaona? (no sé por qué preguntaba Urquinaona, quizás porque es roja y amarilla)
─No, este va hasta Sarrià.
Bueno, pensé en meterme y ya llegaría a alguna parada de metro de la línea roja.
Al entrar, una chica joven contaba una triste historia, estaba medio llorando, y los demás ocupantes del metro se pusieron a su alrededor a escucharla.
─No me lo puedo creer, me ha dejado… con lo que éramos… las veces que habíamos hecho el amor, y ahora nada…
Yo miraba incrédula la situación, ella ahí contando lo triste que estaba y los demás atónitos… decidí pasar de largo, con lágrimas en los ojos miré atrás y todos ellos seguían escuchándola… me detuve a mirar el mapa, increíble, no reconocía ninguna línea, ninguna parada. Me detuve a mirar los nombres que le habían puesto a las paradas: universo, arco iris, tenue, luz… Por los altavoces, las iban anunciando un hombre y una mujer, y por cada una d ellas, hacían un comentario.
─ Esta me encanta, es un nombre muy acertado, tenue, da una buena sensación…─decía la mujer.
─ Sí, estoy de acuerdo, aunque luz también es muy bella...

Me apoyaba en una puerta, mirando el cartel con el nombre de la parada, tenía que bajarme en Luz, era correspondencia con línea azul, Maragall, y a su vez, ésta conectaba con la roja.

Me desperté con los músculos agarrotados, ya sin luz en la habitación, seguía triste, venía del Prat, era de esperar.

miércoles, diciembre 08, 2004

un periódico viejo, de ayer

Un papel de periódico viejo, de ayer.
Aire
Se posa en un charco, el papel nada, el papel se moja, el papel se impregna, el papel se hunde, el charco lo moja, el charco lo impregna, el charco lo hunde.
Lo absorbe.

Un chico se acerca por detrás

─Cierra los ojos
─Estoy mirando ese papel, ¿lo ves? se moja, se hunde, pobre viejo papel de periódico de ayer.
─Cierra los ojos
─Si cierro los ojos no lo veo, y estoy escribiendo en mi mente una historia del papel viejo de periódico que se moja en un sucio charco de una sucia calle, ¿me dejas que siga?
─Cristal, hay vaho, no se ve…
─No es vaho, es mierda, mugre, vaya
─Cierra los ojos…
─Igualmente no se ve casi nada, el cristal está lleno de mierda, ¿no lo ves? Mierda, mugre, si quieres sigo diciendo sinónimos de mierda hasta que amanezca.

El chico se aleja

Ya en el metro: a ver, decidme, sinónimos de mierda:
Mugre
Porquería
Suciedad
Zurullo o furullo (según la variedad dialectal)
Antihigiénico (no es un nombre, puede que sea un adjetivo de mierda)
Mojón

martes, diciembre 07, 2004

Muebles Navarro

-Oye, me quiero ir
-¿A dónde?
- No sé, a la calle, a la vida, estoy crisis. Quiero que el frío me abofetee la cara hasta que mis mejillas queden sonrosadas, y venga un niño con las mejillas igual, amparado en la hoja ya marrón de un plátano que cae, a besármelas, para que se tornen más rojas aún a su paso.
- Bonita sensación.

Y nos fuimos.
La temperatura inadecuada de un mes de diciembre y el calor de un café de una vieja tienda de muebles impidieron que el viento que presuponía frío chocara conmigo.
Quería calle, vida, éxtasis, frío, no le hice un feo al calor.
Viví un poco.
La alegría de Amelie y la sensación de Oto y de Ana a mi lado hicieron que me olvidara de cenar. Fui a la cocina y vi a mandarina más naranja que nunca, no dejó que la desvistiera con los dedos, tuve que sacar el cuchillo

Persecuciones

La vi por primera vez en la acera izquierda de la C/Sicilia, la mía, la suya, la mía, el límite entre el bien y el mal -dicen-, puede que a las 8:20 de una mañana de otoño, bajando al Virgen de las Nieves, donde nos disponíamos a aventurarnos en la increíble selva de la ESO.
— ¿Quién es? —pregunté a Lorena, señalándola con la mirada.
— Ana, vive en mi calle.
— ¿Por qué no se baja con nosotras?
— No sé.

A partir de ese día, bajamos y subimos juntas de la selva, bajo el inexorable sol de Fondo y sus interminables tormentas tropicales. Avanzamos como tigresas (o linces) persiguiendo a hombres de rojo, a mochilas fucsias, a chicos que se tambaleaban de lado a lado (puede que le pesara un testículo más que otro) a profesores de historia, de matemáticas, por qué no ce naturales. Nuestro lugar favorito, sin duda, era y es, allá donde la espalda pierde su identidad.

Al cabo de cuatro años, dejamos de lado las gafas leopardo, las plataformas, los vestidos amarillos, los pantalones Lois, los tangas de serpiente, la música ahora ya inaceptable para nuestros oídos. Y lo peor, empezamos a perseguir un autobús amarillo, al que yo llamaba El B-27 y que a los dos días empecé a llamar “la puta tusa”. A las 7:15 de la mañana perseguíamos a pelos de punta con auriculares, llegábamos a un puticlub con luces de neón y con olor a rancio. Y encontramos a otro profesor de historia que nos salvó de la mediocridad general que reinaba en el mundo cultural y que de rebote incidía en nuestras vidas.
Dos años en el infierno, como el Atlético (el pateti) bien vale un ascenso a primera, donde el prado de césped verde verde verde en un lugar autónomo de Barcelona nos acoge a diario. Ahora nuestras vidas se cruzan de nuevo en Fondo, a las 13:30, los lunes, martes y jueves, con nuestros más y nuestros menos, nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos, nuestros “buah tía buah” como la clave que indica que un nuevo imbécil, idiota, inútil se ha cruzado en nuestras vidas.

viernes, noviembre 19, 2004

L1- Fondo, direcció: Hospital de Bellvitge (parada en Catalunya)

Fondo (silencio)

Santa Coloma (silencio)

Baró de Viver (silencio)

Trinitat Vella (silencio)

Torras i bages
Me bastó un segundo para reconocerlo (para reeconocerlo) mientras apuraba su cigarrillo tirándolo en medio segundo a las vías, puede que encima de algún ratón que se parapetaba estrepitosamente bajo el hierro para no ser arrasado. Es ese, lo sé, su cresta, sus pequeños ojos azules, su apariencia de buen canalla le delatan, sólo me faltó su voz, poco después la conocí, (la reconocí, reeconocí) tan sólo un par de paradas más allá, y su beso... siempre en la mano, como un buen caballero atemporal.

Sant Andreu
Otra vez, Sant Andreu, escaleras arriba, ponerse en el último vagón, en el primero, según el sentido, para verlas, escaleras arriba, sortida Plaça Orfila, todos escaleras arriba, todos menos él [Sabina: todos menos tú].

Fabra i Puig
Final vacío, otra vez, vinal, qué triste, tristal.

Sagrera
Sí, ahí, en el del medio y justo en el medio ¿vale? Nos vamos a la Illa encantada de Camp de l’Arpa a perdernos en su aire denso de hierbas. [¿Qué escribiremos en la pizarra, querido Ambi? Un seis entre paréntesis, peque]

Silencio, besos, silencio. Dos manos que juegan al escondite. Silencio.
Navas (silencio)

Clot (silencio)

Glòries
¿Has visto el pollón ese que están construyendo? De aquí a cincuenta años dirán que es arte, fijo, de ese poscontemporáneo, por ejemplo (contemporáneo, moderno, futurista... ya están pillados)

Marina
Conocimos al hijo de Caín aquella noche, ¿te acuerdas? Y nos perdimos en un callejón sin salida tras un concierto de Extremoduro, mientras seguíamos escuchando los secretos al oído de un borracho dormido. Te robé un pendiente con tu consentimiento, te regalé mi rombo verde, que yace en una caja de madera ahora. El aro se perdió, sigue vivo, rodando por las calles de Marina a su antojo,( ya que nosotros no podemos rodar por las calles ) o quizás no quería acabar en mi lóbulo ni en ninguna caja de madera.

Arc de Triomf (silencio)

Urquinaona (silencio)

Espera,
Catalunya
¿Vamos al Gótico, peque? Tengo que comprar leche de soja, sí, vale, luego vamos a la Plaza Real, a mirar desde nuestro balcón favorito a ritmo de Radio Futura mezclado con el Nabuco... ¿o nos vamos a la verde a perdernos por el Borne?

Da igual, mientras Psique y Ambiental estén juntos, subidos a sus caballos de hierro con tintes de plástico y líneas de colores, rojo, lila, verde, amarillo, azul, llamados L1, L2, L3, L4 y L5.
(mezclado)


Octubre 2004

PD: lo que decía, Vinal, Tristal, “sí”, “era cortito”, “sí”, “lo imprimí”, “ok”.
FIN. VIN. TIN.

Se lo llevaron, se fue

Se lo llevaron, se fue


SE BUSCA: (foto)
Mi amigo Oscar desapareció hace un mes. No sé nada de él desde entonces. Por favor, si lo encuentra, póngase en contacto conmigo. Se ofrece recompensa.


Mi amigo Oscar desapareció, se fue, y en su lugar apareció, vino, su Ausencia, que a golpes de diario, aprendimos a ser amigas.
Su Ausencia, un asiento de metro vacío a mi lado, una butaca de cine sin sentido, un paseo por el Gótico solitario, una carencia de humo con olor a hierbas, una eternidad con final, un descenso de montaña sin meta y sin bicicleta (véase un bello corcel), una parada en Sant Andreu sin desenlace de besos, una tarde sin sabor a café con leche [corto de café y en vaso, por favor].
La creí mi enemiga. Cada vez que aparecía intentaba echarla, y en su defecto, creerla inexistente mirando hacia otro lado, hasta que un día me dijo: “No te engañes querida, una ausencia nunca puede ser una falsa presencia ni un vano recuerdo”. Entonces comprendí que le tenía que dar la mano, la misma que utilizaba anteriormente para golpearla. Y juntas por la calle de la mano se nos veía… Fue ella la que condujo mi mente hacia las visiones que había tenido antes de que se fuera o de que se lo llevaran: Nubes negras descendían acechantes y lo raptaban, ráfagas de viento producidas por el movimiento del metro lo arrastraban, el Capitan Jack Sparrow le invitaba a subir a la Perla Negra… Una huida escaleras arriba por Sortida Plaça Orfila, [Adiós, adéu, nos vemos, cariño, sí, te quiero, ¡ay! no me digas esas cosas que me hago ilusiones. Que llegará un día en que nos bajemos en la misma parada, ¡qué cosas tienes! ¡También podría llegar un día en que te fuera a buscar a tu casa en cohete, no te digo! Corre, que se cierran las puertas, que sí, cariño, adiós, adiós]. Se fue escaleras arriba, huyó escaleras arriba, se lo llevó la inercia de la corriente de aire de Sant Andreu Comptal escaleras arriba. Adiós, adiós.

−Hola laura, ¿cruzamos? (versión I)

Apareció en mi vida repentinamente, pero fue como si juntos lleváramos un infinito a la inversa. Estaba a punto de cruzar un semáforo en un barrio que habitaba en nuestros corazones, cuando lo normal sería que nuestros corazones habitaran en ese barrio, no hace falta decir cual es, y no es porque no quisiera acordarme del lugar. Sus aparentes palabras fueron breves pero eternas, lo bastante breves para sorprenderme, lo bastante eternas como para seguirlas.

−Hola Laura, ¿cruzamos? (versión II)



Apareció en mi vida repentinamente, pero fue como si juntos lleváramos un infinito a la inversa. Estaba a punto de cruzar un semáforo en un barrio que habitaba en nuestros corazones, cuando lo normal sería que nuestros corazones habitaran en ese barrio, no hace falta decir cual es, y no es porque no quiera acordarme. Sus aparentes palabras fueron breves pero eternas, lo bastante breves para sorprenderme, lo bastante eternas como para seguirlas.
−Hola Laura, ¿cruzamos?

La mano
Y me dio la mano. No hizo falta que yo dijera nada, mi mano junto a la suya ya se encargó de decirlo todo. Entonces, te das cuenta del lenguaje de dos manos que eclipsan a dos seres completos, que son lo bastante atrevidas como para juntarse, lo bastante tímidas como para no decirse ni un tinte de media palabra en voz alta. Y no se separaron, pasearon por calles, travesías, pasajes y avenidas. A veces, sudorosas, temblaban, pero la complicidad de su entorno contiguo las tornaba tersas y firmes. Otras veces, cansadas, se separaban parcialmente y unidas quedaban tan sólo por un dedo, por una yema, por una uña rozándose con su par… pero ninguna volvía a tener la valentía suficiente como para separarse por completo de la otra.

Los ojos
Y me dio sus ojos. Más que dármelos, me los regalaba durante contados segundos. En ocasiones me los clavaba, como dos mares convertidos en dos icebergs punzantes. Otras, en cambio, tímidos, esquivaban a los míos sin yo entenderlo, vacilaban perdidos hasta que reposaban en algún punto de un adoquín colocado irregularmente en el suelo de nuestros corazones mientras yo deseaba que en aquel punto se hallara un Aleph. Reposaban pero inquietos, además, en la hoja que caía de algún plátano, en la divertida risa de algún niño que en ese instante, absorbía la contaminación del ambiente haciéndose dueño de la acústica del mundo. Hasta que mi deseo de que esos ojos de deslizaran hacia otro lugar, se hizo material cuando confluyeron en un lugar cercano pero perdido, donde nuestras manos jugaban al escondite.


La boca
Y me dio la boca, sus labios, mejor, que no se atrevían a pronunciarse y no sabía como provocarle para que lo hicieran. Sus posiciones oscilaban, se rozaban entre ambos fabricando una mueca seria, que al mirarme sonreían, igual que sus ojos, igual que sus manos. Su lengua los humedecía como castigo por haberse quedado secos al no utilizarlos, y yo esperaba a que se movieran, a que con un dulce y armonioso ritmo nos envolvieran en un compás imposible, uno uno.

Su pensamiento
Y me dio su pensamiento, pero, ¿sabéis qué? A cambio del mío. Y no sus palabras, porque no hacían falta. Lo que creía, creíais, que había pronunciado antes de cruzar, no lo hizo, no era sino una mera ilusión de conexión, me lo dijo con su mano, mi cuna, me lo dijo con sus ojos, mis mares, me lo dijo con su sonrisa, mi acertado error infernal, siempre. Las cuerdas vocales entre nosotros, no tenían sentido alguno, eran tan sólo un adorno más, porque… en un lugar cercano pero perdido, donde nuestras manos, nuestros ojos y nuestros labios juegan al escondite, cada noche nuestras mentes, traviesas, planean hacernos una zancadilla para que caigamos, para que nos levantemos y para que crucemos juntos el puente azul, donde…

donde tú y yo nos encontraremos.



"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
mmmm....¿y mi interpretación de tu persona frete a la suya es correcta o simplemente falsa apariencia'??
<>Psique<> Pero se asustó -Cómo te retumba el pecho! -Tranqui, sólo es mi maltrecho corazón... dice:
¿en qué sentido?
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
mmm...no sé me a parecido...no sé una conexión
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
no sé, un tanto mas íntima, más armónica que la amistad
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
incluso más armónica que el amor
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
incluso más armónica que el deseo
<>Psique<> Pero se asustó -Cómo te retumba el pecho! -Tranqui, sólo es mi maltrecho corazón... dice:
es lo más armónico que he vivido
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
tan armónica como la armonía propia

miércoles, noviembre 17, 2004

Rodeada

Y el deseo lejano, y la soledad próxima y la ignorancia en termino medio, lo justo para que mate. El apoyo de al lado y el silencio que lo dice todo, y la impasibilidad de enfrente. Debajo... beaucoup de choses! La presión de encima, las risas en diagonal, la sonrisa paralela... el sueño de detrás.
Y el de más allá finge, detrás de esta pared, llora. Que se elimine lo falso, que viva la verdad aunque hiera. Que se acabe lo interior y que surja de ahí dentro algo que impulse a fuera, a caerse en una profundidad que ya no lo será cuando llegue al fondo. Y que trepe por el vertical de la pared que rodea, hasta que llegue arriba yacer en el horizontal.

martes, noviembre 16, 2004

caída I

Me caí lentamente de un rascacielos, confié en mi corazón alado (dicen) sin pilas, con lo que me ha costado subir el millón de escalones ─pensé─. Saqué del bolsillo mi paracaídas cóncavo roído por los ratones del desván, mi parapente cuadrado de madera, mis hélices de papel.