miércoles, febrero 08, 2006

Gotas, motas, marrones (creo)

No puedo ignorar esta ventana.

No sé si me arrepiento de haber borrado las marcas de barro que había sobre ella. En cada mota, en cada gota, había una reflexión: sobre ti, sobre que enestaputasociedadsuciedad llueve barro en vez de agua, sobre que un día próximo en vez de gotas marrones lloverán unas verdes y radioactivas que se comerán el cristal poco a poco y después a mí, sobre en que si te echo limpiacristales y luego te refriego bien fuerte con un trapo de algodón, tu también te borrarás.

Cada mota, gota, marrón se me antojaba como un objetivo de cámara que me estaba enfocando a todas horas, por dentro y por fuera, al que yo hablaba imaginando algo, alguien, detrás (que a su vez me miraba y me hablaba en aparente silencio)

Casi me caigo de un cuarto intentando limpiarlas.

Pero es que limpiar y borrar es un salto para valientes, que hay que hacer desde lo alto y dejarse caer
caer
caer
y si en la caída chafas algo, mejor.

Hoy la ventana está limpia (alguien me recomendó que lo hiciera, alguien que me da besos abstractos :*) y así puedo ver lo que hay detrás de ella, o delante: hay aire, creo. Hay luces, que a eso de las seis y media, se encienden como puntos suspensivos (*). Hay carreteras blandas, árboles marrones, y cemento azul, y cemento amarillo, y el Ikea, y el Conforama, y el Carrefour, y el Decathlon, y el Pc City, y el Aki, el acá y yo. Hay cajas y letras de colores. Hay alguien que viene desde lejos, al que veo avanzar, cada día, un milímetro. Un cronopio, (**) creo, lo reconozco por el asterisco azul que lleva encima de la cabeza.

Os avisaré cuando llegue.



Creo que hoy es 8 de febrero.

(*) por ti, Marina, otra gotita, pero esta translúcida, que no transparente, a la que a veces también veo en mi ventana :)

(**) el rey de los cronopios, creo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre ha llovido barro.
Y más valiente es limpiar y no borrar...

Anónimo dijo...

¡Qué gran honor colgar del marco de tu ventana de vez en cuando!

¿Sabes? Cada vez les tengo más aprecio a los puntos suspensivos, porque en realidad nada empieza de cero,ni de generación espontánea, se puede decir que todo empieza de un tiempo inerte que explicarían muy bien los "..."; y tampoco nada acaba con un punto final tajante, los recuerdos están llenos de puntos suspensivos... Los silencios, las miradas, las luces, sí, los paisajes, los sueños... La duda, la sugerencia, la adivinanza,... Ellos están en todas las cosas interesantes de esta vida, sí... ¡Qué bien poder compartirlos!

Y una observación más: ¿te has dado cuenta del gran parecido que tienen las gotas y los puntos?

Anónimo dijo...

Quisiera que me prestaras las gafas con las que miras.

Espectacular!