viernes, noviembre 19, 2004

Se lo llevaron, se fue

Se lo llevaron, se fue


SE BUSCA: (foto)
Mi amigo Oscar desapareció hace un mes. No sé nada de él desde entonces. Por favor, si lo encuentra, póngase en contacto conmigo. Se ofrece recompensa.


Mi amigo Oscar desapareció, se fue, y en su lugar apareció, vino, su Ausencia, que a golpes de diario, aprendimos a ser amigas.
Su Ausencia, un asiento de metro vacío a mi lado, una butaca de cine sin sentido, un paseo por el Gótico solitario, una carencia de humo con olor a hierbas, una eternidad con final, un descenso de montaña sin meta y sin bicicleta (véase un bello corcel), una parada en Sant Andreu sin desenlace de besos, una tarde sin sabor a café con leche [corto de café y en vaso, por favor].
La creí mi enemiga. Cada vez que aparecía intentaba echarla, y en su defecto, creerla inexistente mirando hacia otro lado, hasta que un día me dijo: “No te engañes querida, una ausencia nunca puede ser una falsa presencia ni un vano recuerdo”. Entonces comprendí que le tenía que dar la mano, la misma que utilizaba anteriormente para golpearla. Y juntas por la calle de la mano se nos veía… Fue ella la que condujo mi mente hacia las visiones que había tenido antes de que se fuera o de que se lo llevaran: Nubes negras descendían acechantes y lo raptaban, ráfagas de viento producidas por el movimiento del metro lo arrastraban, el Capitan Jack Sparrow le invitaba a subir a la Perla Negra… Una huida escaleras arriba por Sortida Plaça Orfila, [Adiós, adéu, nos vemos, cariño, sí, te quiero, ¡ay! no me digas esas cosas que me hago ilusiones. Que llegará un día en que nos bajemos en la misma parada, ¡qué cosas tienes! ¡También podría llegar un día en que te fuera a buscar a tu casa en cohete, no te digo! Corre, que se cierran las puertas, que sí, cariño, adiós, adiós]. Se fue escaleras arriba, huyó escaleras arriba, se lo llevó la inercia de la corriente de aire de Sant Andreu Comptal escaleras arriba. Adiós, adiós.

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