viernes, noviembre 19, 2004

−Hola Laura, ¿cruzamos? (versión II)



Apareció en mi vida repentinamente, pero fue como si juntos lleváramos un infinito a la inversa. Estaba a punto de cruzar un semáforo en un barrio que habitaba en nuestros corazones, cuando lo normal sería que nuestros corazones habitaran en ese barrio, no hace falta decir cual es, y no es porque no quiera acordarme. Sus aparentes palabras fueron breves pero eternas, lo bastante breves para sorprenderme, lo bastante eternas como para seguirlas.
−Hola Laura, ¿cruzamos?

La mano
Y me dio la mano. No hizo falta que yo dijera nada, mi mano junto a la suya ya se encargó de decirlo todo. Entonces, te das cuenta del lenguaje de dos manos que eclipsan a dos seres completos, que son lo bastante atrevidas como para juntarse, lo bastante tímidas como para no decirse ni un tinte de media palabra en voz alta. Y no se separaron, pasearon por calles, travesías, pasajes y avenidas. A veces, sudorosas, temblaban, pero la complicidad de su entorno contiguo las tornaba tersas y firmes. Otras veces, cansadas, se separaban parcialmente y unidas quedaban tan sólo por un dedo, por una yema, por una uña rozándose con su par… pero ninguna volvía a tener la valentía suficiente como para separarse por completo de la otra.

Los ojos
Y me dio sus ojos. Más que dármelos, me los regalaba durante contados segundos. En ocasiones me los clavaba, como dos mares convertidos en dos icebergs punzantes. Otras, en cambio, tímidos, esquivaban a los míos sin yo entenderlo, vacilaban perdidos hasta que reposaban en algún punto de un adoquín colocado irregularmente en el suelo de nuestros corazones mientras yo deseaba que en aquel punto se hallara un Aleph. Reposaban pero inquietos, además, en la hoja que caía de algún plátano, en la divertida risa de algún niño que en ese instante, absorbía la contaminación del ambiente haciéndose dueño de la acústica del mundo. Hasta que mi deseo de que esos ojos de deslizaran hacia otro lugar, se hizo material cuando confluyeron en un lugar cercano pero perdido, donde nuestras manos jugaban al escondite.


La boca
Y me dio la boca, sus labios, mejor, que no se atrevían a pronunciarse y no sabía como provocarle para que lo hicieran. Sus posiciones oscilaban, se rozaban entre ambos fabricando una mueca seria, que al mirarme sonreían, igual que sus ojos, igual que sus manos. Su lengua los humedecía como castigo por haberse quedado secos al no utilizarlos, y yo esperaba a que se movieran, a que con un dulce y armonioso ritmo nos envolvieran en un compás imposible, uno uno.

Su pensamiento
Y me dio su pensamiento, pero, ¿sabéis qué? A cambio del mío. Y no sus palabras, porque no hacían falta. Lo que creía, creíais, que había pronunciado antes de cruzar, no lo hizo, no era sino una mera ilusión de conexión, me lo dijo con su mano, mi cuna, me lo dijo con sus ojos, mis mares, me lo dijo con su sonrisa, mi acertado error infernal, siempre. Las cuerdas vocales entre nosotros, no tenían sentido alguno, eran tan sólo un adorno más, porque… en un lugar cercano pero perdido, donde nuestras manos, nuestros ojos y nuestros labios juegan al escondite, cada noche nuestras mentes, traviesas, planean hacernos una zancadilla para que caigamos, para que nos levantemos y para que crucemos juntos el puente azul, donde…

donde tú y yo nos encontraremos.



"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
mmmm....¿y mi interpretación de tu persona frete a la suya es correcta o simplemente falsa apariencia'??
<>Psique<> Pero se asustó -Cómo te retumba el pecho! -Tranqui, sólo es mi maltrecho corazón... dice:
¿en qué sentido?
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
mmm...no sé me a parecido...no sé una conexión
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
no sé, un tanto mas íntima, más armónica que la amistad
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
incluso más armónica que el amor
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
incluso más armónica que el deseo
<>Psique<> Pero se asustó -Cómo te retumba el pecho! -Tranqui, sólo es mi maltrecho corazón... dice:
es lo más armónico que he vivido
"Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos"(José Saramago) dice:
tan armónica como la armonía propia

No hay comentarios: