martes, junio 12, 2007

Sueño o ficción

Últimamente, siempre que sueño con él, acaba desapareciendo de una manera o de otra. Se desintegra, por ejemplo, poco a poco, hasta convertirse en agua salada mientras nos bañamos en el mar, juega a descorporeizarse si tomamos algo en una cafetería novecentista (que está, seguro, en una calle estrecha y adoquinada), o acaba por descomponerse en nieve virgen (si en ese momento me ha dado por componer un muñeco). Pero a los segundos de desparecer me da muestras de que sigue ahí: tocándome el pelo cuando pasa corriendo por detrás, soplándome en el oído, cogiéndome un pie en el agua o haciéndome tropezar con un ski. Poco después, alguien me avisa de que si desaparece, es porque no existe, porque sólo yo lo he inventado. Me avisa, por ejemplo, una hermana pequeña y algo diabólica que le he creado o un presentador de telediario cuando enciendo la televisión al volver a casa.

Entonces me despierto con una sensación de haber vivido un rodaje durante toda la noche, que los decorados eran milimétricos (esa cafetería y esos adoquines), que las escenas estaban bien recreadas (qué bien se desintegró en el agua), que nuestros papeles como actores actantes eran estupendos (con qué naturalidad los interpretamos), que la iluminación era perfecta (esa luz fría detrás del muñeco de nieve).

Me incorporo y pienso que hoy, el camino desde nuestra cama al lavabo debería ser guiado por una moqueta roja y que en el bar de la esquina, en vez de café, nos tendrían que servir una estatuilla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sueños de cine?

Anónimo dijo...

guau. Cualquiera diria que tienes miedo de perder a alguien y de ganar algo.

Buen blog, directo a los marcadores