sábado, enero 14, 2006

Pollo con lágrimas sur le pont

No, hoy no eran espaguetis recalentados con salsa de nísperos. Era pollo con lágrimas. No hay fiesta en la cocina, será que no has vuelto, pero te oigo hablar, y te respondo, y me oyes, y me respondes, y aunque no estés aquí, siento que la conversación es fluida.
Será que no me apetece comunicarme con mis mejores amigos, ni con extraños, ni con vecinos, ni con la ropa mal tendida, ni con los platos sin lavar, ni con los zapatos de terciopelo llenos de gasolina, ni con el móvil sin sonar, ni con muslos de pollo a la salsa lacrimógena. Y de postre: mandarina seca.
Hoy me he levantado más radical que nunca, dicen. Pero es que hoy es la fundación del asco, para sorpresa de pocos y desidia de muchos.
Será que hoy no estás y te echo de menos, aunque sé que no es la solución.
Aunque sólo sea ese día.
Estaré esperándote sur le pont, con una boina negra. ¿Saltamos los dos?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

( A mí lo de los zapatos llenos de gasolina me rompe toda la nostalgia... jajaja)

Una mandarina mustia... Te ataré una cuerda a la cintura (y te ataré corto) por si se te ocurre saltar. Y debajo suyo, un agujero camino al centro de la tierra, para que no pase más frío polar...

Grande, mágico.

Anónimo dijo...

su blog es una delicia....

Anónimo dijo...

Bruta, directo, delicioso...

aizun dijo...

perdón por ser tan insensible, pero sigo pensando en el momento en que confundí este post con algo relacionado con la gripe del pollo.

Anónimo dijo...

jajaj a mi me ha pasado lo mismo con los zapatos llenos de gasolina. no he podido evitar reirme y entonces toda la atmosfera de apatia se ha ido a la mierda.
tiaaaa, no puedes poner estos guiño guiño!

un besito cinéfilo (cerotrescientosveintisientes ya!)