miércoles, febrero 16, 2005

El hombre de rojo

Érase una vez el hombre de rojo.

Dicen que tenía la menstruación permanente, el periodo crónico, la regla eterna.
Se sentaba en un sofá rojo mientras me decía que, al final, teníamos muchas cosas en común. “Sí, todas, pero la más importante no”.

Se ponía rojo, pero era mentira, sólo era el reflejo del sofá, o quizás es que yo había encontrado el color complementario del negro*, y era el rojo, y él era mi complementario, el que me absorbía.

Dicen que yo era verde, aunque me veía negra, como en pleno agosto. Puede que si me ponía un filtro verde, seguiría potenciando el rojo, mi rojo, mi hombre de rojo, aquel que ser perdió un día, aquel que casi pilla un tren de mercancías.

___________________________________________________________________
* En fotografía, filtro de contraste blanco y negro: absorben su color y potencian el complementario.

2 comentarios:

L.A. dijo...

dicen que es sólo una ilusión al incidir la luz sobre un material, o algo así... ilusiones, como todo

Anónimo dijo...

Que el color no existe???? eso q se lo digan a Monet.